El problema del humo del tabaco sigue siendo un problema del amito de la salud pública debido a que existe estricta relación entre la exposición al humo del tabaco y las consecuencias biopsicosociales desencadenadas por este milenario hábito. El tabaquismo pasivo (código de descriptores de salud D20.633.937.6809, es la contaminación del aire de humo de tabaco. A pesar de la gran cantidad de datos sobre los contaminantes tóxicos presentes en el humo del tabaco y su impacto en la salud del fumador, sigue siendo uno de los hábitos mas frecuentes y perjudiciales, debido a factores como: consumo de tabaco en los familiares, baja percepción de riesgo, actitudes favorables hacia el tabaco, desestimar la posibilidad de convertirse en fumador habitual, tolerancia social, alta disponibilidad y acceso a cigarrillos, entre otros. Una de las consecuencias del tabaquismo en la edad pediátrica constituye bajo rendimiento escolar en los niños(19 En los años transcurridos y con los avances científicos alcanzados, los trabajos de investigación acerca de dicha problemática (2-5) se han multiplicado exponencialmente, confirmando de forma casi unánime que las personas no fumadoras que se ven obligadas a respirar aire contaminado por la combustión del tabaco (fumadores involuntarios o fumadores pasivos), presentan un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer, infecciones respiratorias, asma, etc. ; ello sucede tanto en niños (principal población vulnerable) como en los adultos y sin necesidad de sufrir previamente una enfermedad crónica. Además, es menester mencionar que no solamente afecta en sentido biológico sino también es causante de ausentismos escolares, aumento de hospitalizaciónes y por consiguiente, aumento del presupuesto en la salud pública. Es descir, que el tabaquismo pasivo no solo molesta, sino que además daña,, y no solo agrava ciertas enfermedades sino también las cusa (1). El objetivo de este trabajo consiste en describir y sintetizar la problemática de los efectos del tabaquismo pasivo en niños menores de 5 años, que al estar sustentados por una base científica suficientemente firme y rigurosa nos permite presentar conclusiones de relevancia y sugerir políticas de salud que favorezcan estrategias de promoción y prevención.