Contención y recidiva

Año de publicación: 2005

Un tratamiento de ortodoncia supone un considerable esfuerzo para el paciente y el profesional. Ambos aspiran a un recompensado esfuerzo con un resultado satisfactorio y razonablemente estable. Dentro de las limitaciones que puedan conllevar cada caso, los aparatos ortodóncicos tienen en general suficiente capacidad de control del movimiento dentario como para permitirnos alcanzar un resultado satisfactorio en gran parte de los casos. Sin embargo, la estabilidad parece escapar en mayor medida de nuestro control y tratamiento correcto no es sinónimo de tratamiento estable. En realidad, la corrección del tratamiento se basa en la proximidad de sus rangos de realización o una regla aceptada clínicamente, lo cual quiere decir que si bien pueden ser los más fiables en un momento determinado, no necesariamente son; ni ciertas, ni completas. No es que la estabilidad sea un objetivo único durante la retención, ya que muchas decisiones tomadas durante el tratamiento correctivo habrán tenido en cuenta la deseada estabilidad, pero las medidas que favorezcan la estabilidad del tratamiento tienen que completarse. En ortodoncia, aunque el paciente pueda pensar que el tratamiento ha terminado cuando se le han retirado los aparatos, todavía queda una fase importante. El control ortodóncico de la posición dental y las relaciones oclusales deben interrumpirse de forma gradual y no con brusquedad, si queremos conseguir resultados óptimos a largo plazo

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