En la práctica médica la eutanasia significa inducción de la muerte a determinados pacientes para que dejen de sufrir o mueran sin dolores físicos o sufrimientos síquicos. En el debate sobre este tema, habrá siempre diferencias, por las posiciones encontradas, dependiendo éstas, de la visión antropológica, filosófica o religiosa que tengan los interlocutores. Si la visión que se tiene del hombre es una visión antropocéntrica, el hombre como centro del mundo, provisto de dignidad y libertad, propiedades inherentes a su misma condición de ser humano, con todos los derechos de la persona, preconizados por el Código de Derechos Humanos y consensuados por la Comunidad Internacional de naciones, entonces se estará en contra de la eutanasia. Por el contrario, si se es participe de la cultura de la muerte y se adhiere a ella, entonces se ha de ser también partidario de la eutanasia. El acto médico se basa en una relación de confianza en la que el paciente confía al médico el cuidado de su salud, aspecto primordial de su vida, de sí mismo. En la relación entre ambos no puede mediar el pacto de una muerte intencionada. La eutanasia significará el final de la confianza depositada durante milenios en una profesión que siempre se ha comprometido a no provocar la muerte intencionalmente bajo ningún supuesto